Es lo que se espera de nosotros.
Un cierto vuelo, algo de altura personal.
Siempre pensé que tus delirios de grandeza nublaban tu mente. Que por un falso halago, por el lametón de un adulador, por un beso de Judas, eras capaz de vender tu otra mejilla, pagando el precio de la burla y la humillación. Beso y puñalada. Y tú aguantando. El síndrome del maltratado.
El beso del traidor te hizo a ti traidor. Solo el débil se deja seducir por lo mezquino.
No fuiste leal. Tu poca valentía, tu obtusa obsesión por arrimarte al sol que más calienta dinamitó puentes. Flirtear con el Mezquino abarató tu condición.
Pero ay, mi querido tutorando, tú, revestido de infalibilidad, tú, tras tu delirante dogmatismo del Bien, tras tu cínica transmutación del Mal -lo pequeño, lo pusilánime, lo cobarde- deseas seguir siendo rey desnudo que señala, resentido, al rey que va vestido y bien vestido. Quizás sean sus ropajes de hombre libre los que te resulten insoportbles.
Me entristece ver tu Ego convertido en tus orejeras. Me da más pena a mí que a ti. Tan solo un gesto firme te hubiese salvado. Que al fin y al cabo, el Bien más tangible siempre tiene que ver con la lealtad.
Desde Austin, Texas, vía Tatooine, desplegando la mirada sobre estos vacíos mundos, sobre estos vanos ajetreos de absurdidad.
Cualquier rincón del mundo
Hace 15 años
2 comentarios:
No me negarás que hay espectàculos que són únicos y a los que uno asiste por curiosidad, como a lo mejor asistiría a los toros. Por ejemplo el que sucedió en El Criteri. En mi caso de síndrome de maltrato poco. Algun epíteto malsonante que resbalaba sobre mi piel como de lagarto. Guerra a la que era ajeno, aún habiéndola iniciado yo con mi para muchos insoportable eclecticismo.
Criteri
Anónimo, si realmente eres quien firma, déjame decirte algo:
Lo que desencadenó todo el zafarrancho no fue precisamente tu eclecticismo, o lo que tú entiendes por eclecticismo (el tema da para bastante) con el cual, yo, por ejemplo, puedo estar en buena sintonía. Fueron otros errores, a mi entender. Errores, que si tienes la humildad de querer escuchar, yo te diría sin más ánimo que el de ser constructivo, pese al juego fastidioso que he entablado contigo. Y siempre en el bien entendido de que todo lo que te diga viene siempre filtrado por un prisma externo, pero reconozcamos que el espectador externo está siempre más próximo a la objetividad que el que lo vive o padece desde dentro.
Hay guerras en las que uno no debe sentirse ajeno, es su deber moral intervenir, tomar partido y actuar contra lo zafio y lo rastrero, por más que te lo envuelvan con los colorines de tu bandera; mantenerse neutral es a veces un delito moral, y más si esas contiendas tienen lugar en el propio recinto, casa o llámale como quieras.
Aquí iré escribiendo, y será significativo tanto pata ti como para quien nada tenga que ver con esta historia. Ya uno decide si viene a leer y porqué.
Desde Tatooine, recibe un saludo.
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